Un Eco Inolvidable: Camilo Blanes y Camilo Sesto en su Última Actuación Juntos

En la vasta constelación de la música en español, hay momentos que trascienden el tiempo, que se convierten en un puente entre generaciones y que resuenan en el alma de quienes los presencian. Uno de esos instantes ocurrió el 18 de mayo de 2017, en la Arena México, cuando Camilo Blanes, conocido también como Camilín, unió su voz a la de su legendario padre, Camilo Sesto, en lo que sería la última presentación conjunta de ambos en tierras mexicanas. Este encuentro, enmarcado en la gira Camilo Sesto 70, no fue solo un espectáculo musical, sino un testimonio vivo del legado, la herencia y la conexión profunda entre un padre y su hijo, unidos por la pasión por el arte.

Camilo Sesto, figura icónica de la balada romántica, ha dejado una huella imborrable en la música hispana. Con más de 40 producciones discográficas y un repertorio que incluye himnos como Vivir así es morir de amor o Perdóname, su voz y su sensibilidad conquistaron corazones en todo el mundo. En aquella noche de mayo, su presencia en el escenario era un recordatorio de su grandeza, pero también de su generosidad al compartir el reflector con su hijo, Camilo Blanes, un joven artista que, aunque aún forjaba su propio camino, llevaba en su voz el eco de su padre. La actuación conjunta fue un momento de comunión, no solo entre ellos, sino con un público que, emocionado, celebraba la continuidad de un legado musical.

Camilo Blanes, nacido en 1983 fruto de la relación entre Camilo Sesto y la mexicana Lourdes Ornelas, creció bajo la sombra de un gigante. Sin embargo, en esta presentación demostró que su talento no era solo una herencia, sino una expresión propia. Su interpretación, cargada de respeto y admiración, se entrelazó con la maestría de su padre, creando un diálogo musical que conmovió a los asistentes. Canciones emblemáticas como Amor mío, ¿qué me has hecho? o Piel de ángel, interpretadas a dúo, resonaron con una intensidad especial, como si el escenario se convirtiera en un espacio sagrado donde el pasado y el presente se fundían.

Este evento, además de ser un hito artístico, tuvo un peso emocional inmenso. Para Camilo Sesto, quien fallecería apenas dos años después, en septiembre de 2019, compartir el escenario con su hijo fue un sueño cumplido, un momento de orgullo paternal que trascendió las luces y los aplausos. Para Camilo Blanes, fue una oportunidad de rendir homenaje a su padre en vida, de mostrar al mundo que la música que corría por sus venas era tanto un regalo como una responsabilidad. La audiencia, testigo de esta unión, no solo disfrutó de un concierto, sino que fue parte de una narrativa humana y artística que hablaba de amor filial, de legado y de la capacidad de la música para unir corazones.

La actuación del 18 de mayo de 2017 permanece en la memoria de quienes la vivieron como un capítulo inolvidable en la historia de la música en español. Fue un recordatorio de que el arte, en su forma más pura, es un vehículo de conexión, un medio para expresar lo que las palabras solas no pueden. Camilo Blanes y Camilo Sesto, en aquella noche mexicana, no solo cantaron juntos; construyeron un puente entre generaciones, dejando un legado que sigue inspirando a quienes valoran la música como un reflejo del alma.

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