Cuando hablamos de música que abraza el alma, Marco Antonio Solís se alza como un poeta inmortal, capaz de transformar los sentimientos más profundos en melodías que resuenan eternamente. Su canción “Sin Lado Izquierdo”, lanzada en 2008 como parte del álbum No Molestar, es una de esas piezas que nos envuelven con su melancolía sincera y nos invitan a contemplar las ausencias que marcan la vida. Para quienes hemos acumulado años y aprendido a convivir con los vacíos que deja el tiempo, este tema es un compañero sereno, una voz que comprende el peso de lo que se pierde. Con su sensibilidad inigualable, Solís nos regala una obra que es tan sencilla como conmovedora, ideal para quienes valoramos la profundidad de lo humano.

El año 2008 encontró a Solís en un momento de madurez artística, donde su música romántica se teñía de una sabiduría que hablaba directamente al corazón. “Sin Lado Izquierdo” es un lamento delicado, una metáfora poética que describe la sensación de estar incompleto tras una partida. Las letras están tejidas con una ternura que desarma, con versos como “sin lado izquierdo, me falta el latido” que capturan el vacío que deja alguien que fue parte esencial de nuestra vida. Para los que llevamos el peso de los años, esta canción es un eco de esos momentos en los que sentimos que una parte de nosotros se quedó con quien ya no está, un reflejo de la resiliencia que aprendemos con el tiempo.

Musicalmente, el tema es un ejemplo de la elegancia pura que define a Solís. Los arreglos, con guitarras suaves y un ritmo que fluye como un suspiro, crean un ambiente que es íntimo y envolvente, como una noche silenciosa que invita a la introspección. No hay excesos ni alardes; todo está dispuesto para que la voz del cantante nos acaricie con su calidez. Es el tipo de melodía que uno escucha mientras contempla un cielo gris o escribe en un diario, dejando que los pensamientos se deslicen sin resistencia. Para los amantes de la música con alma, este tema demuestra que la simplicidad puede ser el vehículo más puro para las emociones más intensas.

Lo que hace que “Sin Lado Izquierdo” sea tan especial es su verdad poética. No es solo una canción sobre la pérdida, sino sobre la búsqueda de sentido en medio del vacío, sobre aprender a caminar aun cuando nos falta una parte del corazón. Para quienes hemos visto pasar los años, es como un amigo que nos escucha sin juzgar, que nos permite sentir sin miedo a la vulnerabilidad. En un mundo que a menudo nos empuja a ocultar el dolor, esta pieza nos ofrece un rincón de paz, un espacio para detenernos y honrar lo que llevamos dentro. Es un canto a la fortaleza silenciosa, a la belleza de seguir adelante aunque el alma sienta un hueco.

Para los seguidores de Marco Antonio Solís, este tema es una joya más en su vasto legado, una prueba de por qué su música sigue siendo un refugio para tantas almas. Lanzada en 2008, forma parte de una etapa en la que cada nota suya era un pedacito de vida compartido con el público. Si buscas una melodía para un momento de introspección o para acompañar una tarde de calma, “Sin Lado Izquierdo” es una elección que no decepciona. Es un recordatorio de que, aunque el corazón sienta la ausencia, también tiene la fuerza para seguir latiendo.

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